La alfalta es una buena fuente de clorofila, betacaroteno, calcio y vitaminas D, E y K. Mejora la función hepática y limpia la sangre. Se usa como laxante, diurético y antiséptico.
La alfalfa se puede utilizar para tratar las infecciones del tracto urinario y las disfunciones de los riñones, la vejiga y la próstata. Se suele utilizar para problemas de huesos y articulaciones, anomalías digestivas, problemas cutáneos y úlceras en el cuerpo.
Las personas que no deberían consumir productos de alfalfa son las que padecen de lupus eritematoso sistémico.